El comercio internacional tiene su origen ante la necesidad
que tienen los países de intercambiar sus bienes con la finalidad de satisfacer
la distribución irregular de sus recursos económicos.
El auge del crecimiento del comercio mundial tiene lugar
desde mediados del siglo XV, con el descubrimiento de las Américas y el
creciente intercambio comercial entre las potencias económicas del momento y
sus colonias. Esta expansión del comercio internacional coadyuvó a la
consolidación de grandes fenómenos económicos como lo fueron la división y
mayor especialización del trabajo, la utilización de los beneficios de las
ventajas comparativas y el surgimiento de los modelos económicos formales que
regularon el intercambio comercial de la época, como lo son el Mercantilismo y
el Liberalismo, que representan los cimientos sobre los cuales se fundamentan
los sistemas proteccionistas y de libre comercio aún en la actualidad.